* Por Andrea Zafra. Representante Estudiantil en Asamblea Universitaria

El pasado viernes Japón sufrió el mayor desastre natural de su historia, un terremoto de 8,9 en la escala de Ritcher, seguido de un Tsunami y la alarma nuclear. Es en este momento en el cual como país debemos solidarizarnos con nuestros hermanos nippones, en el caso de Latinoamérica los mandatarios han expresado sus condolencias y reiterado su apoyo al país asiático. Debemos, en especial, comprender la situación por la cual están pasando aquellas personas que tienen familia o conocidos residentes en Japón y apoyarlos.

Y ahora, una pregunta interesante, ¿qué hubiera pasado con el Perú? Es una pregunta que muchos dejan de lado. Hace un par de semanas, se realizó el Simulacro Nocturno de Sismo y Tsunami, sin embargo, gran parte de la población no participó, y continuó realizando sus actividades. El día viernes, pudimos ver, a través de las noticias, jóvenes desafiando las olas mientras practicaban surf, mujeres y hombres enseñándoles a sus hijos como se retiraba el mar y algunos peruanos que se retiraban molestos por no haber apreciado el tsunami, incluso, un hombre murió en San Bartolo por intentar verlo.

Es realmente irresponsable que en un país como el nuestro, con alto riesgo de presentar este tipo de desastre natural, los habitantes carezcan de la información necesaria para evitar consecuencias aún más graves y, que nuestras autoridades no tomen las medidas necesarias de prevención. Por ejemplo, en el caso del sector inmobiliario, afirma el decano de la Facultad de Ingeniería Civil de la UNI,  Javier Román Piqué del Pozo: “a partir de cinco pisos tiene que revisarse sí o sí, eso garantiza que el proyecto cumpla con las normas, pero en construcciones menores a los cinco pisos se puede empezar de inmediato”. Por otro lado, en cuanto a los refugios, afirma que se deben reforzar las estructuras de los colegios, “primero para cuidar a los niños y después porque sirven de refugio”. Finalmente, hablando sobre las provincias menciona que “En Trujillo tenemos edificaciones de adobe con paredes de quince centímetros, eso se va a caer de todas maneras. Lo mismo pasa en Arequipa y Tacna. Se repite en todo el Perú”.

Como podemos notar, las autoridades no brindan la atención debida a este tema tan importante. Si Japón, un país preparado, cuyos habitantes fueron alertados un minuto antes del siniestro ha sufrido tantas pérdidas, es hora de evaluar nuestro actuar y reflexionar sobre lo que podría sucedernos si no somos conscientes de lo peligroso y desastroso que resultarían estos fenómenos.

“He alertado, pero hay que poner manos a la obra” (Román Pique, 2011)

Enlaces de interés:

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